lunes, 2 de noviembre de 2009

UNA COLMENERA EN EL RONQUILLO (SEVILLA)

Era una tarde plomiza de agosto; la canícula caía con toda la inclemencia con la que suele caer en el sur de España por esas fechas; los retenes se afanaban en apagar el fuego declarado en un eucaliptar del entorno de los Lagos del Serrano (El Ronquillo, Sevilla ); en los calveros del bosque, un monte bajo de 1,5 metros de jara pringosa (Cistus ladanifer), entremezclada con brezo y algo de retama. Como gusta llamar a los ingenieros de montes a este tipo de vegetación: "un estadio regresivo" del monte bajo.
Tras arduos esfuerzos, no sin antes algún que otro susto debido a los cambios de dirección del viento racheado, se logra controlar el fuego, apareciendo ante mi vista lo que en principio parecían unas simples ruinas.
Aquella construcción cuadrangular de piedra, sin cubiertas,  me llamó la atención por lo que me aproximé a curiosear.


Construcción vista pendiente abajo

Se trataba de una antigua colmenera, intacta a pesar del paso de los años. La construcción se emplazaba en pendiente, orientada al sur para proteger las colmenas del frío y del viento del norte; secundariamente para que tuvieran más horas de luz.
La orientación más habitual de las colmeneras es la del mediodia (sur) ó suroeste. También a las piqueras (huecos por donde las abejas entran y salen de la colmena) se les da la misma orientación, para que no les afecte de lleno el viento frío del norte.
Cuantas más horas de luz tengan las colmenas, mayor tiempo estarán activas las abejas, y por consiguiente más rendimiento en miel darán. Por ello se evita en lo posible emplazar las colmenas en zonas de umbría.

Interior de la colmenera; puede apreciarse con dificultad el ligero aterrazamiento del suelo

El interior ligeramente escalonado, para que las hileras de colmenas no se dieran sombra unas a otras. Por suerte aún quedaban algunas colmenas de corcho; era un milagro que siguieran allí; tal vez el hecho de que la colmenera estuviese oculta entre las jaras la libró de la rapiña.

Hueco de entrada a la colmenera

La entrada a la colmenera se efectúa a través de un hueco cuadrangular practicado en el muro. Para evitar la entrada de "alimañas" se colocaba en él algún arbusto espinoso, normalmente aulaga (Ulex parviflorus) y piruétano ó peral silvestre (Pyrus bourgaeana).
Muchas veces se colocaban 2 lajas (estribos) en la parte exterior (entre el suelo y el hueco cuadrangular) para apoyar los pies y así facilitar el acceso al interior; esto era de agradecer en el caso de apicultores de cierta edad.
Es sabido que los mamíferos en general rehuyen de los arbustos espinosos; inconscientemente saben que podrían hacerse daño en los ojos, y esto significa una muerte segura. No ocurre así con las aves, a las cuales es frecuente ver anidar en el interior.

Muro de mampostería

Los muros son de mampostería seca (sin argamasa); las piedras son de la zona y están colocadas aleatoriamente unas encima de otras.
El colmenar no sólo se hacía para proteger las colmenas de los animales silvestres, también para los domésticos; no es dificil imaginar cómo pueden acabar las colmenas tras el paso de vacas ó cualquier bestia en general.

Grandes lajas de piedra coronando los muros

Los 4 muros de piedra están coronados por lajas, piedras grandes y planas colocadas en voladizo. Esto se hacía así para evitar en lo posible que los mustélidos, en particular tejones, pudieran saltar dentro del recinto a comerse la miel.
Sobre las lajas, sujetos con piedras, también a veces se colocaban arbustos espinosos por los motivos reseñados.

Colmenas tradicionales de corcho

En el suelo observé 5 colmenas de corcho, 2 de sección circular y 3 de sección cuadrada; había algunas más, pero sin tapadera.
En este tipo de colmenas las abejas hacen los panales pegados a las paredes.

Colmenas de sección cuadrada (izquierda) y circular (derecha)

En la actualidad no se suelen emplear porque presentan dos inconvenientes:
- no se puede inspeccionar la colonia, por lo que no se sabe  cuál es su estado sanitario
- se provoca mucho estrés a las abejas cuando se extrae la miel, pues hay que cortar los panales que, posteriormente, deberán ser repuestos por ellas.

Vista de la colmenera pendiente arriba


Para finalizar, os diré que estas colmeneras son muy diferentes de las que nos podemos encontrar por ejemplo en Asturias; las del sur suelen ser rectangulares y poseen muros de poca altura (en este caso tienen aproximadamente 1,30 m); las de Asturias (denominadas "cortines") suelen ser circulares con muros sensiblemente más altos; esto tiene su lógica: en Andalucía se trataba de preservar las colmenas de pequeños mamíferos y animales domésticos, mientras que en Asturias se requería una protección adicional en altura contra los osos.